Pilares de Nacozari y la importancia de su valor histórico

9 de mayo de 2022

Por Jesús Ernesto Ibarra Quijada

En la historiografía sonorense, son relativamente pocos los puntos geográficos que han trascendido en el plano local, nacional o internacional. El caso de Pilares de Nacozari en el municipio de Nacozari de García es un claro ejemplo de un centro minero que logró trascender a través de los años no solo por su destacada aportación económica al país durante la primera mitad del siglo XX, sino por los elementos que hicieron de este lugar un punto muy distinto a los demás pueblos de Sonora. 

El descubrimiento de las primeras vetas en la región de Pilares de Nacozari a mediados del siglo XIX marcó un parteaguas en la historia de la minería en el noreste de Sonora. Fueron tanto el auge y la capacidad de producción descubiertos a finales de la década de 1890 que importantes ingenieros metalurgistas de aquella época quedaron asombrados por su riqueza. Tal fue el caso del doctor Louis Davidson Ricketts, quien quedó no solo impresionado, sino impactado por la enorme riqueza que se escondía en las entrañas de Pilares y así lo plasmó años más tarde en sus memorias. 

El interés por desarrollar los trabajos de minería fue tanto que la famosa empresa minera Phelps Dodge de Estados Unidos no dudó en invertir en su explotación. 

La presencia de una empresa extranjera con una sólida estabilidad económica y con el recurso suficiente para invertir en su capital humano fue lo que marcó una clara y evidente diferencia entre Pilares y los demás pueblos de la región a principios del siglo XX. Gracias a ello, los pobladores tenían acceso a servicios médicos en instalaciones bien equipadas, servicios básicos como agua potable por tubería, electricidad, áreas deportivas, así como disponibilidad de servicios de educación básica para sus hijos. Era, en pocas palabras, un pequeño pueblo del primer mundo enclavado en un país en vías de desarrollo. 

Estadísticas importantes en la historia minera de Pilares de Nacozari

◾️ En 1901, las minas arrojaron aproximadamente ocho millones de libras de cobre. En términos contemporáneos, la cantidad es muy reducida, pero en la alborada del siglo XX, la cifra le mereció a Pilares de Nacozari el reconocimiento a nivel mundial, pues ese mismo año se pronosticaban utilidades por el orden de 35 millones de dólares: una cantidad impresionante para aquella época. 

◾️ En 1910, el periódico estadounidense Los Angeles Herald, publicó que las minas de Pilares albergaban los segundos depósitos de cobre más grandes del mundo, pronosticándose una explotación sostenida durante los próximos cincuenta años. 

◾️ Para 1914, en los diarios extranjeros se consideraba que las minas de Pilares se encontraban entre las más grandes del mundo, comparándolas incluso con las minas europeas de Riotinto al sur de España. 

◾️ Para 1915, los mineros de Pilares de Nacozari que se especializaban en excavaciones llegaron a posicionarse entre los mejores perforistas a nivel mundial. 

Características en el ámbito cultural

En el plano cultural, Pilares de Nacozari fue el epicentro de importantes y trascendentales acontecimientos que hicieron historia. En el ámbito deportivo, por ejemplo, los pilareños se destacaron por su disciplinada organización, adiestramiento, capacitación y competición en distintos deportes, principalmente el baloncesto, el boxeo y el béisbol.

Uno de los puntos de reunión más importantes fue el gimnasio que formaba parte del Club Deportivo Pilarense, inaugurado en 1925, siendo el primer gimnasio moderno y profesional en el estado de Sonora. El inmueble estaba debidamente equipado con las instalaciones más modernas de la época, pues contaba con barras paralelas, potros, argollas, entarimado para box, ring portátil, cancha y canastas para baloncesto, saco de boxeo, peras, costales, pesas, y todo el material para protección de atletas y deportistas. Fue el primer gimnasio en el estado con un moderno piso machihembrado con madera traída desde El Paso, Texas. Fue también el primer lugar en Sonora donde se jugó este deporte, gracias a los entrenadores estadounidenses contratados por la empresa minera. 

La disponibilidad de modernos espacios culturales como la biblioteca también formó parte del diario vivir de la comunidad. De igual forma, el «séptimo arte» también fue parte de la diversidad en el entretenimiento de los pilareños. A diferencia de otros pueblos de la época, la comunidad de Pilares no dependía de cines ambulantes para su entretenimiento. En la década de 1920 la empresa minera edificó un céntrico y moderno cine donde los habitantes podían disfrutar de los estrenos de la época en la pantalla grande. 

A pesar del estilo estadounidense en la arquitectura y comodidad de las viviendas (pues contaban con servicio de energía eléctrica desde principios del siglo XX), no todo era de corte «americano». Para armonizar la infraestructura del pueblo con el predominante entorno cultural de la población mexicana, se construyó una amplia plaza de toros. Las corridas se realizaban cada semana con matadores traídos de distintas partes del país. 

Aunque Pilares de Nacozari no se consideraba estrictamente un pueblo con segregación racial, había una marcada discrepancia en los estilos de vida de la comunidad mexicana y la población estadounidense. Los empleados estadounidenses vivían en su propia colonia en las zonas más altas de la población. La comunidad de empleados anglosajones gozaba de viviendas modernas y más amplias; disponían de su propia cancha de tenis y de amplias comodidades. El diseño de las casas era igual a las modernas viviendas en el suroeste de los Estados Unidos: con cuartos amplios, porche, chimeneas, y la seguridad de los servicios más básicos como electricidad y servicio de agua potable. Los empleados que llegaban incluso desde Nueva York difícilmente notaban la diferencia entre Pilares y los pueblos más desarrollados de Arizona. 

Todo lo anterior se puede confirmar en el primer libro que se escribió sobre la situación laboral, social y cultural de Pilares de Nacozari. En 1923, un joven ingeniero estadounidense que había sido enviado desde Nueva York para trabajar en las minas de Pilares, publicó el libro In and Under Mexico, donde describe vívidamente la vida en el pueblo. La impresión fue tanta que mereció todo un libro sobre el tema. 

Detalles sobre la vida política

◾️ Para finales de la década de 1910, la población de Pilares de Nacozari había crecido tanto y contaba con todos los elementos básicos para su existencia política, que en 1918 se convirtió en municipio libre, separándose así del municipio de Nacozari de García mediante la Ley N.º 16, decretada en octubre de 1917. 

◾️ Para 1919 contaba con un elegante palacio municipal, habilitado con cárcel pública en el centro de la población. 

◾️ En 1931, al desaparecer oficialmente el municipio de Óputo, Sonora, la extensión política y territorial de Pilares de Nacozari se extendió considerablemente hacia el oriente de la población por un breve periodo. 

Datos curiosos

◾️ En 1939, el presidente Lázaro Cárdenas visitó Pilares de Nacozari para pronunciar en la región un importante discurso sobre la reciente expropiación petrolera. A su llegada se hospedó durante tres días en Pilares y como homenaje de simpatía, el Congreso del Estado de Sonora declaró a Nacozari de García como capital del estado de Sonora durante la estadía del presidente de la República en Pilares. 

◾️ El Museo de Minería de la Universidad de Arizona alberga varias pinturas al óleo del autor William Davidson White, quien plasmó en dos obras de arte la vida cotidiana de los años 20 en Pilares de Nacozari. 

◾️ La conocida polka La Pilareña, que forma parte fundamental de la música y del folclor sonorense tuvo sus orígenes en Pilares de Nacozari. La pieza del maestro Silvestre Rodríguez fue dedicada a una valiente mujer sonorense que habitó en Pilares de Nacozari y que se destacó por su participación en la Revolución Mexicana y en la Guerra Cristera. Esta famosa pieza musical es, hoy en día, un importante himno del pueblo de Sonora, reconocida en cada rincón de la entidad. 

◾️ En 1915, ante la creciente ola de amenazas por parte de los distintos bandos revolucionarios, Pilares de Nacozari aportó un contingente de voluntarios conocidos como el «Batallón de Pilares» bajo el mando del teniente coronel Jesús Aguirre para defender la plaza contra posibles ataques de los villistas. 

◾️ Libros que se han escrito exclusivamente sobre Pilares de Nacozari: 

In and Under México (Ralph M. Ingersoll, 1923)
Pilares: sus años de ensueño (Rosa María Oviedo y Patricia Ríos Ulloa, 1997)
Pilares de Nacozari. Retrospectiva histórica y social (Enrique Vega Galindo, 2000)
Pilares y Nacozari. Reseña histórica, Primera parte (Gustavo Adolfo Figueroa Martínez, 2008)

Fuentes bibliográficas

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Figueroa, Gustavo Adolfo, Pilares y Nacozari. Reseña histórica. Editorial Garabatos, Hermosillo, Sonora, 2008. 

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Oviedo Castillo, Rosa María; Ríos Ulloa, Patricia, Pilares: Sus años de ensueño. Instituto Sonorense de Cultura, 1997.

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Acerca del autor:

Jesús Ernesto Ibarra Quijada es originario de Nacozari de García, Sonora. Se tituló como licenciado en Ciencias Políticas con énfasis en Historia y Políticas Públicas en la Universidad de Arizona. Cursó la maestría en Traducción Especializada, Jurídica-Económica. Es socio fundador de la asociación Historia de Nacozari de García, A.C. y miembro de la Sociedad Sonorense de Historia. Ha colaborado desde hace más de una década con distintas instituciones locales y nacionales en el rescate, promoción y difusión de la historia de Nacozari de García. Es autor del libro Nacozari de García, Tres siglos de historia y minería (2016).


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