Historia de la canción «La máquina ponchada»

10 de marzo de 2022

Por Gustavo Adolfo Figueroa Martínez

La máquina ponchada es de la autoría de don Ruperto Z. Medina, originario de Villa Hidalgo, Sonora. Fue escrita el 20 de diciembre de 1916.

En el año de 1915, el ferrocarril de Nacozari a veces estaba ocupado por fuerzas militares maytorenistas y en otras ocasiones por fuerzas callistas del Ejército Constitucionalista, por lo que no prestaba un servicio regular; casi nulo. La Moctezuma Copper Company se vio perjudicada porque no podía trasladar sus concentrados de cobre a la fundición de Douglas, Arizona. Tenía mucho metal acumulado en Pilares.

Se restablece el servicio del tren con el final de esta sangrienta guerra. La compañía eleva al máximo su producción con el acarreo de metal del Porvenir a Nacozari. El tren arrancaba del Porvenir jalando doce góndolas cargadas con treinta toneladas cada una y subía una pequeña cima iniciando el descenso. La máquina aplicaba los frenos al comenzar a bajar, pero no era suficiente para detener el empuje de las góndolas cargadas de metal. Entonces los garroteros, colocados estratégicamente, comenzaban el frenado a mano de las góndolas para que el tren no acelerara en bajada, y a medida que la pendiente era superada, desfrenaban paulatinamente hasta que el tren con poca velocidad llegaba a los muelones en la concentradora. Allí los garroteros descargaban las góndolas accionando una palanca que las vaciaba por la parte de abajo.

Ese trágico día, el tren salió del Porvenir y al comenzar a descender, la máquina no pudo frenar y los garroteros no pudieron impedir que el tren acelerara, y en un lugar llamado «puentes cuates», la parte más alta del camino, el tren se descarriló y se precipitó al vacío, muriendo el maquinista José Huaraqui, de 34 años, casado, originario de Banamichi; José Estrada, casado, originario de Santa Ana, distrito de Magdalena y Alfredo Gallego de 19 años, originario de La Trinidad (Sahuaripa). El accidente ocurrió a las 2:00 de la mañana del mencionado día y por la mañana, entre otros, dos personas hicieron acto de presencia en el lugar: don Ramón Ortiz, cronista gráfico de Nacozari, quién tomó fotografías y don Ruperto Z. Medina, quien escribió la canción.

Letra que recuerdo:

Se quebró la máquina
en los puentes cuates;
ya no tengo máquina,
ya no tengo máquina

El ritmo de la canción es a tiempo de danza ópata, pero con una melodía muy pegajosa que se propagó en su tiempo por los pueblos de Huásabas, Granados y Tepache. Por toda la sierra su ritmo se prestaba para los bailes de la época. Escapó del olvido gracias al rescate que hizo hace algunos años el gran músico y arreglista de Los Reyes del Ritmo: Nacho Mendoza.


Acerca del autor:

Gustavo Adolfo Figueroa Martínez (originario de Nacozari de García, Sonora). Se tituló como profesor de educación primaria en la Escuela Normal del Estado de Sonora y ejerció durante 30 años. Fue socio fundador de la Asociación de Cronistas Sonorenses, A.C., de la cual fue presidente. Fue presidente de la Academia de Historia de la Sociedad Nacional de Geografía y Estadística. Fue cronista municipal de La Colorada y autor del libro Pilares y Nacozari. Reseña histórica (2008). Falleció en abril de 2022.


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