Celebrando el CXXV aniversario
de la fundación de Nacozari

Han transcurrido 125 años desde la fundación del Nacozari nuevo (30 de julio de 1897). Nuestro pueblo tiene un pasado lleno de historia que se enriquece con las hazañas de sus personajes, con la belleza de su arquitectura, con sus arraigadas tradiciones y con el valor de su gente.

¡Te invitamos a conocer nuestra historia y a celebrar juntos los primeros 125 años de fundación!

Los fundadores

James Douglas

Nació en Quebec, Canadá el 4 de noviembre de 1837.

Fue un destacado filántropo, catedrático, metalurgista y empresario dedicado en gran parte a actividades mineras y ferroviarias durante la segunda mitad del siglo XIX.

Al descubrirse el potencial minero de la mina de Los Pilares, adquirió las propiedades mineras y fundó el pueblo de Nacozari en la zona conocida como Placeritos.

A él se le atribuye el crecimiento económico, industrial y urbano de Nacozari al iniciar el siglo XX. Su carácter humanista y su amplia trayectoria en la industria minera favorecieron el desarrollo social y económico de Nacozari, resultando en un sano ambiente de paz social y laboral durante muchos años.

En 2018, el Ayuntamiento de Nacozari de García puso el nombre «James Douglas» al Auditorio Cívico Municipal como homenaje póstumo al conmemorarse su 100 aniversario luctuoso.

Falleció en Nueva York, EE. UU. el 25 de junio de 1918.

Louis Davidson Ricketts

Nació en Elkton, Maryland, EE. UU. el 19 de diciembre de 1859.

En Arizona se le conoció con el «Pionero de Nacozari». Fue un destacado ingeniero metalurgista y geólogo que hizo enormes contribuciones a la industria minera durante la segunda mitad del siglo XIX. Diseñó concentradoras con modernos sistemas para procesar metales y contribuyó considerablemente a los avances tecnológicos y estructurales que mejoraron la explotación minera.

Llegó a Nacozari por instrucciones de la empresa minera Phelps Dodge. Se dedicó personalmente a evaluar la situación geológica de las minas de Pilares y descubrió su enorme potencial cuprífero. Al instalarse en Nacozari la empresa minera Moctezuma Cooper Company, Ricketts fue el primer gerente general.

Ricketts seleccionó el sitio donde se fundó el Nacozari nuevo a partir de 1897. Se le atribuye el trazo y el diseño de las primeras calles y la urbanización del primer cuadro de la ciudad.

Falleció en Pasadena, California, EE. UU. el 4 de marzo de 1940.


Mensajes de felicitación al pueblo nacozarense

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Galería: Nacozari y sus primeros años

Las fotografías son cortesía de la Arizona Historical Society, Freeport-McMoRan, Inc. y de la Biblioteca Pública de Phoenix, Arizona
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Nuestra historia; nuestros inicios


Durante la primera mitad del siglo XIX, el antiguo real de minas de Nuestra Señora del Rosario de Nacozari estaba prácticamente en el abandono. El viejo pueblo había dejado de existir ya como importante centro minero en el estado de Sonora. De él ya no había nada.

Las grandes minas y los ricos yacimientos fueron quedando en el olvido, perdidos en la lejanía inhóspita de la serranía sonorense.

La amenaza de los indígenas fue una de las principales causas de abandono de aquel sitio, al cual durante gran parte de los siglos XVII y XVIII, los exploradores europeos describían como «el más grandioso lugar en todo México».  

La falta de elementos suficientes y herramientas necesarias para la explotación a gran escala de los yacimientos fue otra de las principales causas que provocó la desolación de los grandes centros mineros.

En aquella región de la sierra quedaban únicamente vestigios aislados de lo que alguna vez fue un importante lugar que ofreció grandes riquezas a la Nueva España.

En su lugar permanecían solo gambusinos errantes que buscaban oro y demás metales preciosos en los arroyos y cañadas. En la zona serrana había habitantes dispersos que no lograban establecer un asentamiento formal.

La Phelps Dodge llega al rescate 

Aunque los obstáculos pudieron haber dado a Nacozari una mala imagen, la fama de sus minas ya había cruzado fronteras, logrando alcanzar el reconocimiento en el extranjero. El impacto fue tal que la prestigiada empresa minera Phelps Dodge & Corporation puso sus ojos en Nacozari.

Con la visión empresarial que la caracterizaba, la Phelps Dodge se dedicó a analizar la situación industrial y económica de los dueños de las minas, viendo las posibilidades y posibles ventajas de adquirir los derechos de explotación. 

Las leyes reglamentarias vigentes en la década de 1890 estimulaban la participación de empresas extranjeras en territorio nacional. Para los inversionistas, una simple concesión minera era suficiente para garantizar la inversión de capitales.

Fue así como en 1895 la Phelps Dodge se embarcó en una nueva misión. La empresa estaba dispuesta a invertir en nuevas exploraciones, destinando el capital que fuera necesario para echar a andar la bonanza en el noreste de Sonora.

La Moctezuma Copper Company y el resurgimiento de Nacozari 

La llegada de la Phelps Dodge a Nacozari llamó mucho la atención. Si una prestigiada empresa estadounidense estaba dispuesta a invertir en Nacozari, eso significaba que la bonanza sería nuevamente una realidad.

Las nuevas negociaciones mineras, en su mayoría estadounidenses, iniciaron operaciones principalmente en la zona del desierto y en la sierra de Sonora.

La instalación de pequeños y grandes negocios ponía de manifiesto la gran influencia de los inversionistas extranjeros en el norte de México. 

Mientras la Phelps Dodge & Corporation realizaba la exploración y la respectiva compra de las minas en la región de Nacozari, se iban formalizando al mismo tiempo los trámites necesarios para crear una empresa subsidiaria que se pudiera instalar en Nacozari.

El 17 de septiembre de 1895 se constituyó en la ciudad de Charleston, West Virginia, EE. UU., la empresa Moctezuma Copper Company como subsidiaria de la Phelps Dodge.

Placeritos: un nuevo lugar para la instalación del pueblo 

A juicio del Ing. Ricketts, el antiguo campo minero dónde siglos atrás se ubicaba la cabecera del Real de Minas de Nuestra Señora del Rosario de Nacozari, no ofrecía ya las condiciones necesarias para la expansión y el desarrollo de las nuevas inversiones mineras.

La compañía decidió abandonar el sitio conocido como Nacozari Viejo y optó por construir un nuevo poblado a 10 km hacia al norte, sobre el margen del río Nacozari en los terrenos conocidos como Placeritos.

Fue así como el 30 de julio de 1897, la empresa compró el rancho Juárez, propiedad del señor Juan Rocha, con una extensión territorial de 4,998 hectáreas hacia el norte del viejo Nacozari para instalar ahí un nuevo centro de población.

El nuevo lugar ofrecía más comodidades y mejores condiciones geográficas para el asentamiento humano y la instalación de la nueva infraestructura industrial.

Al nuevo lugar se le denominó simplemente Nacozari, respetando así el nombre original con el cual los indígenas ópatas habían bautizado siglos atrás a aquel escabroso lugar en la sierra alta sonorense.  

Fue así como surgió rápidamente el típico pueblo con las características propias de los pueblos mineros del suroeste de los Estados Unidos.

Nacozari se había convertido en un company town donde la empresa era la autoridad predominante.

La construcción y diseño de un nuevo pueblo 

El diseño de la nueva ciudad estuvo a cargo dos destacados personajes estadounidenses reconocidos por amplia visión empresarial: el director general de la Phelps Dodge, el canadiense James Douglas y el ingeniero Louis D. Ricketts. Ambos se abocaron a construir en Nacozari un típico pueblo al estilo «americano» con todas las modernidades sin escatimar gastos ni esfuerzos.  

La Phelps Dodge se dedicó a ofrecer un estilo de vida digno y cómodo para los habitantes de su pueblo. La ideología política y religiosa de los dirigentes de la Phelps Dodge influyó en gran parte la oferta de servicios de calidad y en el estilo de vida que se ofrecía los trabajadores mexicanos.

Con una inversión millonaria, se inició el cuidadoso trazo de las calles y la construcción de viviendas para los trabajadores. La mayor parte de la infraestructura urbana se ubicó al norte de la ribera donde se construyeron las alineadas casas de piedra en forma escalonada.

Aunque Nacozari nunca se concibió como un pueblo con segregación racial, la población se encontraba visiblemente seccionada. Hacia al sur, por ejemplo, a los márgenes del río se ubicaban las residencias de inmigrantes chinos, quienes se dedicaban principalmente al comercio y a la agricultura a pequeña escala.

Para el año de 1900, Nacozari mostraba ya la apariencia de un pequeño y pintoresco «pueblo americano» dotado de la infraestructura básica para su desarrollo.

En 1910 un periódico en Arizona publicó una impresionante descripción del Nacozari de aquella época. En la primera plana del diario Bisbee Daily Review se señaló: «…todo en Nacozari es tan moderno y acogedor que uno ni cuenta se daría de que está en el extranjero».

Se construyeron también amplios y lujosos hoteles en el centro del poblado para alojar a demás empleados y visitantes, dependiendo de su rango y posición social. Su diseño y fachada invocaban imágenes típicas de los edificios del viejo oeste.

La Moctezuma Copper Company se dedicó a presentar una imagen clásica de los pueblos del suroeste estadounidense y con ello, ofrecer una perspectiva de cambio en los estilos de vida de la población mexicana.

El desarrollo de una nueva identidad

Durante la primera década del siglo XX, la Moctezuma Copper Company logró con gran éxito la creación de una identidad propia entre los pobladores.

A pesar de que Nacozari era una comisaría del municipio de Cumpas en el distrito de Moctezuma, la compañía era prácticamente la dueña indiscutible del pueblo en todos los aspectos, ejerciendo autoridad laboral, económica, política y social.

A diferencia de los demás pueblos de la sierra sonorense de aquellos años, el nuevo pueblo de Nacozari exhibía características completamente diferentes, principalmente en los avances y en su arquitectura de corte estadounidense con una marcada influencia europea. Todo ello permitió generar una identidad de pueblo minero.

La población empezó a desarrollar un estilo de vida «americano» y al pueblo se le llamaba en ocasiones «Douglas chico» debido a su influencia estadounidense y a su estilo de vida que predominaba. La impresionante belleza de su arquitectura no representaba en forma alguna los típicos y tradicionales valores mexicanos. 

Aunque el poblado de Nacozari reunía en su modernidad y estilo arquitectónico las características básicas de los típicos pueblos estadounidenses del suroeste de aquel país, la población mexicana conservaba aún las tradiciones propias de los pueblos de Sonora.

La influencia de los inversionistas extranjeros no modificó del todo las costumbres de los mexicanos en el pueblo. Nacozari conservaba en su gente las tradiciones típicas de los sonorenses que eran imposibles de hacer a un lado.  

Los periódicos publicados en Estados Unidos en la década de 1900 describían con asombro el estilo de vida de Nacozari. En 1907, por ejemplo, el periódico The Bisbee Daily Review describió el impresionante panorama de la ciudad. Señaló que de todos los campos mineros de México, Nacozari era el pueblo más limpio y salubre de la República Mexicana.


Artículos de interés


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