Monumento a Jesús García: reseña histórica

10 de noviembre de 2021

Por Jesús Ernesto Ibarra Quijada

Poco después del gesto de heroísmo del maquinista Jesús García, se contempló en Nacozari la idea de erigir un monumento a su memoria y a su hazaña. Para ello se constituyó de inmediato una junta integrada por distinguidos personajes del pueblo con la finalidad de organizar las actividades con motivo de la erección del monumento. Tras la realización de distintas actividades, la junta logró reunir al poco tiempo la cantidad de 1,325 pesos, y aunque la empresa minera destinó parte de los recursos para la construcción de un monumento en la plaza central del poblado, la cantidad resultó insuficiente, pues se había proyectado un gasto que rebasaba los seis mil pesos de aquella época.  

En un principio se contempló instalar e inaugurar la obra el 5 de mayo de 1909, pero la falta de capital suficiente retrasó considerablemente la obra. El 5 de enero de 1909, el gobernador Torres gestionó con el gobierno federal los apoyos necesarios para la obra y envió a la Ciudad de México un comunicado solicitando al gobierno el apoyo económico para reunir los fondos necesarios. En menos de una semana, el presidente Díaz autorizó la entrega inmediata de más de cinco mil pesos del presupuesto para iniciar con la construcción del monumento. La inversión total osciló entre los 6,500 pesos. 

Siguiendo el patrón tradicional estadounidense —y considerando la trascendencia de aquellos hechos—, se depositó en la base del monumento un cofre para preservar celosamente bajo tierra todos los datos y la información que respaldaba la importancia de aquel acto. Para el efecto se depositó una fotografía del héroe, sus datos biográficos y ejemplares de recortes de periódicos donde se relata el acto histórico, así como un acta que firmaron todos los integrantes de la junta de ciudadanos encabezados por la primera autoridad de la población. 

El 21 de octubre de 1909, durante la ceremonia de colocación de la primera piedra del monumento, el profesor James Douglas pronunció las siguientes palabras: 

«El salvador de Nacozari hubiera desaprobado los honores que hoy le tributamos. Él solo cumplió con su deber y ¿qué más podía hacer? Tales eran los pensamientos de Jesús García al erguirse con la mano firme en la palanca y la vista mirando fijamente en la eternidad». 

La inauguración del monumento se reservó para la conmemoración del segundo aniversario luctuoso. Llegado el anhelado momento, el pueblo se vistió de gala. Un periódico estadounidense de la época describió vívidamente aquella importante fecha: fue una ocasión especial que cimentó las bases de las relaciones binacionales entre México y EE. UU. 

Inauguración del monumento
Inauguración del monumento a Jesús García Corona (1909). Fotografía: Phelps Dodge Collection

El esperado evento reunió en Nacozari a distinguidas personalidades nacionales y extranjeras que fueron llegando al pueblo desde un día antes. La tarde del 06 de noviembre, en un tren especial arribó al pueblo el vicegobernador Alberto Cubillas Loustaunau en representación del Poder Ejecutivo estatal. Lo acompañó desde Douglas, Arizona la banda de música Douglas-Calumet, que adornó el evento con una nutrida combinación musical para la solemne ocasión. Aquella tarde se congregó también en la plaza una orquesta local bajo la conducción del maestro Silvestre Rodríguez que intercaló piezas musicales con los músicos extranjeros en aquella noche de fiesta.  

A la mañana del domingo 7 de noviembre de 1909 siguieron llegando personalidades de distintas partes del país y del extranjero. Las bandas musicales abrieron el evento, entre ellas una banda bajo la dirección del maestro Rodolfo Campodónico, quien llegó también en compañía del vicegobernador Cubillas. 

La empresa minera, por su parte, en un acto insólito, suspendió sus labores para ofrecer un verdadero homenaje solemne. Entre los asistentes estuvo el prefecto de Moctezuma, Francisco Chiapa, con un contingente de rurales. El corredor principal y el balcón del hotel Nacozari estaban repletos de espectadores. La bandera nacional ondeaba a toda hasta en la biblioteca y en la plaza principal y los niños de primaria, todos uniformados, portaban rifles de madera, representando simbólicamente a los soldados de la patria. Las niñas, elegantemente vestidas, portaban banderas de varios países y cantaron acompañadas por la orquesta local. El tierno y conmovedor cuadro mereció el aplauso prolongado de todos los invitados. Entre los pequeños apareció una niña vestida del tradicional «Tío Sam», empuñando la bandera de EE. UU. y representando simbólicamente al pueblo estadounidense, mientras otra niña rezaba un nutrido discurso. En un elegante estrado, a un costado del monumento, ocuparon los principales lugares los hermanos del héroe. 

El escritor estadounidense Frank Aley escribió que los ecos de aquel conmovedor evento siguieron resonando por muchos años en oídos de aquellos que presenciaron el acontecimiento «…y seguirán resonando», dijo, «en tanto no aparezca un acto similar de sacrificio; algo que —después de analizarlo a fondo—, resultaría imposible». Aley hizo también un importante señalamiento: 

«Es un hecho que la develación del monumento a Jesús García fue un éxito desde cada punto de vista que se pueda concebir y coloca mejor que nunca al pueblo de Sonora y Arizona en una mejor posición de hermandad». 

Todo estaba listo para la develación el monumento. El vicegobernador Cubillas apareció en escena a las 09:30 de la mañana. Lo acompañaban Víctor Aguilar y Brígido Caro, Secretario de Gobierno y el Tesorero del Estado respectivamente. Se encontraban también Caledonio Ortiz y el licenciado López del Castillo, destacado político hermosillense; estaban también Ricardo Cubillas y el licenciado Abelino Espinoza. Desde Bisbee, Arizona llegó Walter Douglas, gerente general de la mina Copper Queen, quien, en compañía de un nutrido público de distintas partes de la Unión Americana, llegó hasta Nacozari para acompañar al pueblo mexicano en el homenaje luctuoso.  

Se distribuyeron entre el público dos mil copias del discurso fúnebre escrito por el profesor Douglas. Después de todos los discursos, y una vez concluidos todos los actos protocolarios, se acercó al monumento el señor Cubillas, y frente a un numeroso público, procedió a inaugurar solemnemente el monumento en punto de las 10:00 de la mañana. El monumento quedó al descubierto mostrando al público una imponente columna de granito de unos 10 metros de altura que obligaba a elevar la mirada hacia el cielo. 

Al momento de optar por un diseño, algunos consideraron importante que la obra fuera consistente con la arquitectura europea de los edificios en el centro del poblado. Consistió en réplica a menor escala de un majestuoso monumento al almirante Horacio Nelson, situado en Londres, Inglaterra. Ambos consisten en una columna de estilo corinto labrada en granito puro, con relieves de bronce en la base. En uno de los lados de la base se colocó una placa de bronce donde aparece en relieve la imagen del héroe bajo el águila del escudo nacional mexicano labrada también en bronce. Por el lado opuesto se fijó una placa que describe al espectador la hazaña heroica.

De esta forma se consagró en la historia el más importante monumento al héroe. Es una hermosa obra de corte europeo digno del héroe, quien —como señaló James Douglas—, hubiera reprobado aquellos honores, pues su espíritu humilde no le hubiera permitido aceptarlos. El monumento quedó inaugurado con el debido protocolo de la solemnidad que exigía la ocasión.  

En diciembre de 1909, la empresa Moctezuma Copper Company entregó al gobierno del estado las escrituras de un terreno de nueve metros cuadrados ubicado en la plaza principal de Nacozari, destinado para la construcción de la obra. El gobierno, por su parte, se comprometió a hacerse cargo de la conservación del monumento.

Casi una década después de haber sido inaugurado el monumento, los restos de Jesús García Corona, que se encontraban en el antiguo panteón municipal, fueron exhumados y colocados al pie del monumento a su memoria. El propio gobernador Plutarco Elías Calles cargó en hombros el cofre con los restos del héroe y los depositó en una bóveda frente al monumento.

El cronista Manuel Sandomingo, en su obra Biografía del Héroe de Nacozari, Jesús García (1950), lo relata así:

«El día 22 de julio de 1919, a los once años y ocho meses de estar sepultado, fue exhumado el cadáver de Jesús García. Cuando quedó descubierta la caja, ésta se hallaba intacta, pero la tapa estaba hundida sobre los restos. En el momento de abrir el ataúd, estaban presentes un hermano de Jesús, el Presidente Municipal Arturo N. Cota y un numeroso público. Sobre la faz de García había intacto un pañuelo blanco con dos o tres manchas amarillas y debajo, las amadas cenizas de Jesús».


El 21 octubre de 2021, en el CXII aniversario de la colocación de la primera piedra del moumento, el Congreso del Estado declaró como Patrimonio Cultural del Estado de Sonora el monumento a Jesús García Corona que contiene la tumba con los restos del héroe como un acto de justicia a la última morada del héroe de Nacozari.

El decreto entró en vigor el 19 de noviembre de 2021 y el monumento quedó inscrito en el Registro Público de la Propiedad a nombre del H. Ayuntamiento de Nacozari de García bajo la clave catastral 5100 01059 009.

A la fecha, el monumento está catalogado como conjunto arquitectónico por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Clave de ficha: I-0012600847).

Monumento a Jesús García en la actualidad (2021) | Fotografías: Ernesto Ibarra

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