Edificios catalogados por el INAH que fueron derrumbados en Nacozari de García

17 de mayo de 2022

Por Jesús Ernesto Ibarra Quijada

Nacozari de García es uno de los municipios en Sonora con mayor número de lugares, edificios y monumentos catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia como conjuntos arquitectónicos o inmuebles de valor cultural.

En el catálogo oficial del INAH aparecen 37 registros distribuidos entre Nacozari de García, Pilares de Nacozari y Nacozari Viejo; sin embargo, aunque el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles incluye una gran cantidad de elementos de valor histórico y cultural, muchos de ellos han sufrido considerables daños estéticos y estructurales; otros tantos han sido modificados completamente sin la intervención que marca la ley, y al menos tres desaparecieron por completo. La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos al parecer ha sido ignorada y el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha quedado al margen de las actividades que durante más de treinta años han resultado en la destrucción de edificios históricos en el municipio.

Tal es el caso de tres edificios de valor histórico que desaparecieron completamente hacia finales del siglo XX: la casa de arcos, el viejo hospital y el antiguo mercado municipal.

La imagen urbana original de principios del siglo XX quedó reducida a un puñado de edificios que más o menos conservan su fachada original. Las nuevas generaciones difícilmente pueden apreciar el panorama de elegantes edificios que marcó una gran diferencia entre Nacozari de García y los demás pueblos de la región durante la primera mitad del siglo pasado.

I. La casa de arcos: mansión neoclásica revivalista

Uno de los edificios de mayor antigüedad que terminó derrumbado en los años 80 fue una amplia y lujosa mansión que fue residencia de la familia fundadora de Nacozari. La elegante «casa de arcos» fue construida entre 1904 y 1905 con el estilo arquitectónico neoclásico español revivalista que predominaba en la región de Sonora y Arizona en el siglo XIX.

Además de convertirse en refugio de algunas familias durante las batallas de la Revolución Mexicana en Nacozari de García, en este lugar se hospedó el presidente Lázaro Cárdenas durante su visita en 1939 cuando Nacozari de García fue declarado capital del estado por tres días. 

Después del paro definitivo de labores a finales de los años 40, y tras la eventual salida de la empresa minera Moctezuma Copper Company años más tarde, el edificio fue quedando en el abandono. Descuidado y en el olvido, terminó derrumbado por partes hasta desaparecer totalmente en la década de 1980. En su lugar hoy se encuentran la biblioteca pública Cuauhtémoc L. Terán y parte del Hospital General de Zona N.º 23 del IMSS.

Aunque de aquel imponente edificio no queda absolutamente nada, a la fecha, el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del INAH lo sigue considerando como bien inmueble de valor cultural bajo la ficha número I-0012600851.

II. El hospital de la compañía: el primer centro médico moderno del siglo XX en la sierra sonorense

El antiguo hospital de la compañía minera Moctezuma Copper Company fue uno de los edificios de mayor importancia durante la primera mitad del siglo XX, no solo por su atractivo diseño arquitectónico, sino por las atenciones y el servicio que por varias generaciones prestó a los nacozarenses.

El amplio y moderno centro médico estaba a cargo de médicos extranjeros que prestaban servicios de alta calidad con la más avanzada tecnología de aquella época. Para 1910, el hospital contaba con la capacidad para atender a más de 250 pacientes y estaba equipado con quirófano y con tres pabellones para atender a los pacientes internados.

Después del cierre de labores en 1949, y con la inminente salida de la empresa minera, el histórico edificio fue cayendo en el abandono y pasó a manos de particulares que por años rentaron los cuartos como viviendas populares. El gobierno municipal buscó instalar en ese lugar la escuela de enseñanza especial a finales de los años 80, pero la gestión no prosperó.

El antiguo «hospital de la compañía», como lo conocían las generaciones anteriores, empezó a ser desmantelado poco a poco hasta ser derrumbado por completo a principios de la década de 1990.

La estructura desapareció por completo. De este lugar solamente quedan los escalones principales en medio de un campo vacío. Sin embargo, el INAH todavía lo tiene clasificado en su Catálogo como bien inmueble de valor cultural con la ficha número I-0012600834.

III. El antiguo mercado municipal: 50 años de historia en el olvido

Uno de los edificios más distintivos en la zona centro, y sin duda el más concurrido por los nacozarenses del siglo XX, fue el antiguo mercado municipal. Fue inaugurado el 8 de noviembre de 1936 por el gobierno local siendo presidente municipal el señor Porfirio Valencia. Fue por muchas décadas un importante punto de encuentro donde coincidían los nacozarenses que acudían a hacer sus compras. Incluía un amplio patio central rodeado de distintos comercios que el municipio arrendaba a los locatarios.

A mediados de los años 80 —en vez de restaurarlo y preservar su originalidad—, el gobierno municipal decidió derrumbarlo y construir uno nuevo. La estructura original fue demolida totalmente para dar paso a la construcción de un inmueble muy distinto al diseño original que antes coincidía con el estilo arquitectónico del centro histórico del municipio.

El nuevo mercado, inaugurado en 1988, recibió el nombre de Rodolfo Félix Valdés en homenaje al gobernador del estado, oriundo de Nacozari de García. Un par de años después de su inauguración, el nuevo edificio fue desincorporado del patrimonio municipal y el Ayuntamiento puso a la venta los espacios que arrendaba a los comerciantes. Después de varias décadas sin atención ni mantenimiento, recibió una ligera renovación exterior en el año 2019.

Del mercado original construido en 1936 no queda absolutamente nada. A pesar de que la estructura original desapareció por completo hace muchísimos años, el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles la sigue incluyendo como conjunto arquitectónico con la ficha número I-0012600833.

Conclusiones

La clasificación del Instituto Nacional de Antropología e Historia no necesariamente garantiza la conservación y preservación adecuada de elementos de valor histórico-cultural.

Ha quedado comprobado que un edificio histórico considerado de valor cultural puede ser remodelado, modificado o incluso derrumbado sin la más mínima protección o intervención de expertos, como lo marca la ley. Han quedado también deteriorados y en el olvido otros puntos importantes; tal es el caso de la tumba de destacados personajes como el padre Encinas, doña Rosa Corona de García, el capitán James B. Moffett, entre otros, pero ese es tema para otro análisis.

El conjunto arquitectónico original del siglo XX —conformado por elegantes edificios que adornaron por más de medio siglo la zona centro de Nacozari de García—, con el tiempo quedó reducido a unos cuantos edificios que han sobrevivido gracias a la intervención de la iniciativa privada y a personas que han decidido preservar y reconocer su valor histórico. Además de lo que ya desapareció en Pilares de Nacozari, en Nacozari de García fueron derrumbados al menos tres importantes inmuebles a pesar de estar clasificados por la autoridad federal.

Ha sido tanta la ausencia o la indiferencia de organismos locales o federales, como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que varios edificios que desaparecieron de la cartografía urbana hace más de tres décadas, siguen figurando como elementos catalogados como patrimonio de valor cultural.

Ante esta prolongada omisión de las autoridades competentes, queda a criterio de la ciudadanía el cuidado, la preservación y la conservación de lo poco que pudiera quedar para las nuevas generaciones que solo conocerán el Nacozari «de antes» por medio de anécdotas, leyendas y algunas fotografías.


Acerca del autor:

Jesús Ernesto Ibarra Quijada es originario de Nacozari de García, Sonora. Se tituló como licenciado en Ciencias Políticas con énfasis en Historia y Políticas Públicas en la Universidad de Arizona. Cursó la maestría en Traducción Especializada, Jurídica-Económica. Es socio fundador de la asociación Historia de Nacozari de García, A.C. y miembro de la Sociedad Sonorense de Historia. Ha colaborado desde hace más de una década con distintas instituciones locales y nacionales en el rescate, promoción y difusión de la historia de Nacozari de García. Es autor del libro Nacozari de García, Tres siglos de historia y minería (2016).


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