Nacozari de García: Un pueblo del pasado y del futuro

25 de noviembre de 2022

Por Armando Paco Moreno (1977)

Curiosa historia la de Nacozari: del viejo oeste norteamericano del siglo XIX le vino su particular trazo urbano, del cobre su existencia y de Jesús García su apellido, ya que el nombre lo obtuvo de conjugar las letras de palabras zona rica; el compromiso para con la vida, toda vez que por eso este fue salvado de una segura desaparición allá por los años de 1907.

Y desde entonces, Nacozari de García y el cobre son sinónimos. El primero condiciona los tres tiempos de su existencia —pasado, presente y futuro— por los agotamientos y los hallazgos del mineral. Tan es así, que apenas ahora sale de la larga agonía que se iniciara en 1949, cuando la Moctezuma Copper Company, empresa angloamericana concesionaria de los yacimientos, generalizó sus trabajos al considerarlos agotados.

Caluroso y con cerca de 16 mil habitantes, Nacozari de García, se sitúa en una planicie enclaustrada por las altas montañas que integran la serranía sonorense. Por largos cañones que tienen la cordillera, el pueblo establece comunicación ferroviaria y asfáltica con Agua Prieta al norte y al sur con Cumpas y Moctezuma.

Trescientos años atrás marcan el inicio de los primeros intentos por hacer efectiva la riqueza de la región, tal y como revelan los trabajos y terrenos de las minas de Churunibabi.

Por antecedentes históricos no queda, ya Humboldt consignaba en su Ensayo político sobre la Nueva España, la potencialidad minera de la zona.

Pero no es sino en Placeritos que el mineral surge a la vida, en las postrimerías del siglo pasado y fueron Los Pilares la primera fuente que hizo rentable y productiva la explotación del mineral. La leyenda habla de una fabulosa mina perdida, hasta ahora, llamada Huacal, a quien la tradición atribuye una fantástica producción durante la dominación española. En tiempos recientes, se pensó en identificar a la tal mina con la de San Pedro, propiedad por aquel entonces de la Moctezuma Copper Company.

Para 1900, Nacozari presentaba la imagen de gran centro minero y así siguió hasta 1949, año en que inició la desbandada cuando la empresa concesionaria abandonó sus actividades. Salir a la búsqueda de nuevos horizontes para asegurar la existencia, acabada la fuente principal de trabajo, dejó al pueblo prácticamente abandonado. La gente con sus pertenencias buscó nuevos ambientes, y los que se quedaron, fue para vivir de sus recuerdos como el de aquel día en que llegara por primera vez el ferrocarril. El pueblo entraba en agonía curiosamente por causa del mineral que le había dado la existencia.

Los que se fueron, al menos muchos de ellos, regresaron a trabajar o a recordar los viejos tiempos. El milagro se había operado. Ya había cobre, y por mucho tiempo.

Alguien no perdió la esperanza; muchos se arriesgaron con el capital, otros con el esfuerzo y el trabajo y todos concluyeron en la creación de Mexicana de Cobre, S.A. gracias al descubrimiento del rico yacimiento de La Caridad.

Cosas de la técnica moderna y de la perseverancia… y del cobre, que dando vida a un pueblo, se proyectan para constituirse en factor importante del desarrollo en México.

Fotografía de portada: Primera voladura en el vértice 13 en la mina La Caridad. Mayo de 1975.
Texto publicado en la revista Nacozari en mayo de 1977. Año II, No. 17


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