Centro Cultural Casa Grande: reseña histórica

3 de septiembre de 2021

Por Jesús Ernesto Ibarra Quijada

El nuevo Nacozari, fundado en 1897, se fue adornando con elegantes edificios con un diseño único en toda la región. Las más imponentes edificaciones, tales como el hotel de la compañía, la casa de huéspedes, la biblioteca, el hospital y las viviendas de los altos ejecutivos, fueron diseñadas con el estilo arquitectónico victoriano que surgió en Inglaterra a mediados del siglo XIX. 

Según expertos como John Harner, académico de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, algunas empresas de capital extranjero que se instalaron en México en el ocaso del porfiriato, buscaban instalar en los pueblos que fundaban, un sentido de identidad entre los mineros mexicanos. Con ello intentaban cambiar la percepción, la identidad y, en ocasiones, el estilo de vida de las comunidades que fundaban. Como parte de este intento por presentar un nuevo panorama urbano, las comunidades de Pilares y Nacozari fueron diseñadas en buena medida con un estilo arquitectónico estadounidense con influencia europea.

Las primeras oficinas centrales de la Moctezuma Copper Company se construyeron con ese mismo patrón. Era un elegante edificio de dos pisos con una imponente y espectacular fachada. Este edificio, —que se situaba donde hoy en día se encuentra la colonia Presidentes—, fue consumido por un incendio en 1912. 

La necesidad de reconstruir sus oficinas, le dio a la Moctezuma Copper Company la oportunidad de iniciar un proyecto que incluyera una sede más grande, más moderna y sobretodo, más elegante. En 1913, año en que se construyó el nuevo inmueble, Nacozari de García fue el epicentro de una constante conmoción política y social.

Plano de la fachada del edificio de Casa Grande

La edificación de nuevas oficinas obedecía a dos propósitos fundamentales: el primero, reconstruir la oficina general tras el incendio que consumió el anterior inmueble en 1912 y, el segundo, imponer y conservar una imagen de poder y autoridad, conjugada con la arquitectura del lugar. 

Construcción de las oficinas de la Moctezuma Copper Company
Proceso de construcción. Colección Phelps Dodge | Cortesía de: Freeport-McMoRan Inc.

El encargado de la obra era un arquitecto de apellido Holden, según se indica en la correspondencia interna de la empresa. En una carta fechada el 8 de febrero de 1913, el gerente de la Moctezuma Copper Company, el señor John S. Williams, Jr., pide que el diseño sea similar al de la biblioteca, pero solicita que se haga con material menos inflamable. 

En una misiva fechada el 14 de febrero de 1913, Walter Douglas, gerente de la Phelps Dodge, responde desde Bisbee, Arizona, señalando, entre otras cosas, que lo ideal sería que la bóveda principal se colocara en la planta alta y que ese nivel se usara para los ingenieros y que ahí se mantuviera la documentación del Ferrocarril de Nacozari. En otra misiva fechada el 27 de marzo de 1913, Williams, Jr., señala que le gustaría colocar pisos de concreto en las oficinas, pero se percataron de que no había manera de conseguir acero reforzado en menos de 75 días, y si esperaban tanto tiempo, retrasarían considerablemente la obra. En la carta propone sustituir los pisos de concreto con pisos de madera. El 2 de abril, el gerente de la Phelps Dodge responde señalando que aprobaba la propuesta en su totalidad y añadió que era preferible instalar pisos de madera, ya que el edificio no contaba con la resistencia suficiente para pisos de concreto y, además, la madera sería más cómoda para los empleados. 

A diferencia del edificio de la biblioteca, que incluía siete chimeneas distribuídas en ambas plantas, en la oficina general de la empresa se instaló un moderno sistema de calefacción operado por medio de una caldera ubicada en el sótano.

A pesar de las turbulencias sociopolíticas que predominaron durante la construcción del inmueble, el nuevo edificio quedó listo sin mayor contratiempo antes de terminar el año de 1913. A diferencia de la primera oficina que se diseñó con un estilo victoriano, el nuevo edificio se construyó en pleno centro de la población; con un estilo muy similar al de la antigua biblioteca (construida en 1907), de piedra y con el estilo arquitectónico Richardson Romanesque. Todo en estricto apego y en total congruencia con la arquitectura que predominaba en el nuevo Nacozari que crecía a la par del siglo XX. 

La construcción de una nueva oficina de grandes proporciones, de dos pisos, de piedra y con una imponente elegancia, contrastaba enormemente con el pequeñísimo palacio municipal situado al cruzar la calle, en una vieja casa de una sola pieza. Además de ser un intento por subordinar la simbología regional mexicana y sustituirla con una imagen estadounidense, era una oportunidad para imponer su imagen propia y demostrar un sentido de poder y superioridad ante las nuevas autoridades políticas.

Centro Cultural Casa Grande
Centro Cultural Casa Grande en la actualidad | Cortesía de Grupo México

En el año 2015, Grupo México inició un proyecto para rescatar, preservar y restaurar este edificio. El proyecto incluyó la restauración de los elementos originales del inmueble, como los pisos de madera, herrería y otros acabados. El inmueble fue inaugurado el 7 de noviembre de 2016 en el marco del CIX aniversario luctuoso del héroe de Nacozari.

Actualmente, es la sede del Centro Cultural Casa Grande y cuenta con una amplia variedad de espacios artísticos y culturales, como auditorio, área central de exhibiciones y museo, fotografías históricas, biblioteca, aula de medios, cafetería y áreas comunes.

A la fecha, el inmueble está catalogado como inmueble de valor cultural por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Clave de ficha: I-0012600835).


Acerca del autor:

Jesús Ernesto Ibarra Quijada es originario de Nacozari de García, Sonora. Se tituló como licenciado en Ciencias Políticas con énfasis en Historia y Políticas Públicas en la Universidad de Arizona. Cursó la maestría en Traducción Especializada, Jurídica-Económica. Es socio fundador de la asociación Historia de Nacozari de García, A.C. y miembro de la Sociedad Sonorense de Historia. Ha colaborado desde hace más de una década con distintas instituciones locales y nacionales en el rescate, promoción y difusión de la historia de Nacozari de García. Es autor del libro Nacozari de García, Tres siglos de historia y minería (2016).


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