Casa de fuerza: reseña histórica
12 de noviembre de 2021
Por Jesús Ernesto Ibarra Quijada
El desarrollo de Nacozari al iniciar el siglo XX no hubiera sido posible sin el acceso a la electricidad. Para poder detonar el crecimiento, fue necesario implementar nuevas medidas e instalar el equipo necesario para echar a andar las operaciones con el uso de energía eléctrica.
Hacia finales del siglo XIX, el desarrollo en la producción de energía eléctrica impulsó el auge de las actividades mineras en el país. Con las ventajas que ofrecía la electricidad, se pudieron reducir costos y se facilitaron las actividades de explotación. Durante el porfiriato, la industria eléctrica en el país estuvo siempre asociada con el crecimiento económico, siendo la energía eléctrica una de las principales fuerzas motrices en la industria minera.
En Nacozari, la Moctezuma Copper Company vio, desde un principio, la necesidad de producir electricidad para impulsar a gran escala el desarrollo minero en la región y avanzar en el terreno de la modernidad y el progreso. Sin embargo, antes de iniciar con el proyecto de construcción de una planta generadora de energía eléctrica, fue necesario considerar algunas limitaciones. Entre los principales obstáculos estuvieron: el acceso al agua, los métodos de transporte y la dificultad para hacer llegar suficiente leña, considerando que esta debía ser transportada por medio de mulas desde los cerros aledaños.
El diseño y la construcción del proyecto estuvieron a cargo del ingeniero canadiense John Langton, quien edificó el inmueble a base de concreto reforzado y estructuras de acero. Debido a que la construcción inició antes de la llegada del ferrocarril a Nacozari, todo el material de construcción se transportó desde Estados Unidos en mulas y carromatos. Nacozari fue uno de los primeros lugares del occidente americano donde se instaló por primera vez un moderno e innovador sistema de turbinas diseñado por Langton a principios del siglo XX. En vista de que la demanda de leña incrementaría gradualmente, se optó también por utilizar métodos alternativos, entre ellos, motores a base de carbón operados con aire comprimido. Se instalaron además dos almacenes de gas con capacidad de 425 y 141.5 metros cúbicos para alimentar principalmente los motores y, a su vez, ofrecer la flexibilidad necesaria en el almacenamiento entre la producción en la planta de gas y el consumo en la planta de fuerza.
La planta de energía eléctrica, o «casa de fuerza», como comúnmente le llamaban, operaba a base de leña y de carbón. Uno de los más novedosos métodos de la planta de energía eléctrica en Nacozari era la producción de gas a base de leña y, aunque no existía en la región experiencia previa en estos menesteres, se decidió optar por este método y experimentar con las posibilidades de mezclar leña y carbón.
Con nuevas tecnologías y con el más moderno equipo traído directamente desde Canadá, la casa de fuerza inició sus operaciones el 31 de julio del año 1900 utilizando, al principio, únicamente carbón como combustible principal, y fue hasta el 4 de febrero de 1901 cuando se iniciaron los experimentos con el uso de leña. Según cifras oficiales de noviembre de 1902, en tan solo seis días se consumían 91 toneladas de leña, es decir, un promedio aproximado de 15 toneladas métricas de leña diariamente.
Con ello se aseguraba la producción de más de 38,000 kg de vapor a una temperatura de 25.5 ºC, cantidad necesaria para impulsar los motores que generaban energía eléctrica.
Para cortar la leña que se utilizaba en la alimentación de las calderas, se instaló una sierra eléctrica portátil. En una hora se cortaban más de 1.36 toneladas de leña, o lo equivalente a 32.66 toneladas diarias aproximadamente. En el proceso de combustión se utilizaba principalmente mezquite y roble blanco. En el proyecto inicial se contempló la posibilidad de producir entre 500 y 600 caballos de fuerza para asegurar la producción de energía eléctrica suficiente para las actividades de producción, así como para futuras contingencias y posibles expansiones en la industria. Los principales y más importantes consumidores de energía serían la concentradora, los túneles de las minas, el alumbrado público y una planta de hielo que producía más de nueve toneladas diarias para abastecer a Pilares y a Nacozari.
En el caso de las minas, el suministro de energía eléctrica se conducía mediante un moderno sistema de cables tendidos sobre postes instalados a cada 40 metros que llegaban desde Nacozari hasta el Porvenir y de ahí a Pilares.
Nacozari y Pilares eran dos poblados en la sierra sonorense, que al iniciar la década de 1900, contaban con una moderna planta de energía eléctrica que garantizaba no solamente una producción minera sostenida, sino el abasto de electricidad para alumbrado público y uso doméstico: algo verdaderamente insólito en aquella región a principios del siglo XX. Mientras en otros lugares de Sonora la gente aún dependía de velas y lámparas de petróleo para iluminar los hogares, el grueso de habitantes de Nacozari contaba con electricidad en sus casas. A nivel nacional, el servicio de energía eléctrica habría de llegar a algunos pueblos de la sierra sonorense hasta la década de 1960, sin embargo, el panorama de Nacozari era muy diferente.
Dato curioso:
En 1938 la CFE tenía una capacidad inicial de 64 kW, mientras que en Nacozari, la planta generadora de electricidad contaba desde 1908 con tres turbogeneradores con capacidad de 1,000 kilowatts cada uno, logrando generar electricidad para las operaciones mineras, incluyendo alumbrado público y doméstico gratuito al iniciar el siglo XX.
Fuente: Momentos de la CFE
Entre los años de 1918 y 1922 se invirtieron 4.3 millones de dólares en la remodelación de la concentradora. La inversión incluyó también la remodelación de la planta de energía eléctrica y fue durante estos años cuando se realizó la transición del uso de leña al uso de diésel en la operación de la planta. La modernización de las instalaciones y del equipo se dio con rapidez, y para 1921 se instalaron dos motores de diésel diseñados en Bélgica con capacidad de 2,000 caballos de fuerza cada uno. Eligieron a Nacozari para estrenar los nuevos diseños europeos. Los nuevos motores a base de diésel se instalaron primero en el pueblo de Nacozari antes de que este nuevo sistema se llevara a Estados Unidos.
Debido a sus características modernas de la época, así como a las tecnologías innovadoras que se fueron implementando, la planta de energía eléctrica de la Moctezuma Copper Company en Nacozari fue por muchos años objeto de estudio y análisis por parte de organizaciones en el extranjero, tales como la Sociedad Canadiense de Ingenieros Civiles, el Instituto Estadounidense de Ingenieros Mineros de Nueva York y el Instituto de Minas y Metalurgia de Londres. Incluso para mediados de la década de 1940, la planta seguía considerándose una de las más grandes de su tipo en América Latina.
Después del abandono de la planta y la posterior nacionalización de la industria eléctrica en 1961, gracias a las gestiones del presidente municipal Jesús Félix Bernal, el gobierno federal permitió al municipio de Nacozari de García seguir operando en forma particular la antigua planta de energía eléctrica en beneficio de la población.
El cronista Gustavo Adolfo Figueroa Martínez lo relata así:
En el mes de enero de 1961, la presidencia municipal y pueblo de Nacozari de García solicitaron al presidente Adolfo Lopez Mateos su intervención para que Nacozari y Pilares siguieran contando con el servicio de energía eléctrica y agua potable. Por su parte, el gobernador Luis Encinas solicitó a la CFE la generación de energía eléctrica para Nacozari, petición atendida por el Ing. Delgado, y se mandaron a Nacozari dos plantas portátiles Caterpillar, con una generación de 150 kilovatios cada una. Fueron instaladas en el edificio de Las Chispas y comenzaron a hacer pruebas. Llegó el día 16 y no podían calentar las líneas. Pidieron una prórroga a la compañía, quedándose como operador en la casa de fuerza Jesús «El Mariachi» Espinoza. De la CFE le decían que no se saliera; que mantuviera caliente las líneas hasta que por fin después de días lograron calentar y sincronizar. El operador de la casa de fuerza, el último que estuvo al pie del cañón, Jesús «El Mariachi» Espinoza cerró la llave de combustible y poco a poco la enorme máquina comenzó a apagarse para siempre, hasta reinar el silencio absoluto. Después serían destruidas para venderlas al fierro viejo. La nueva operación (CFE) prestaba un servicio de 7:00 la mañana a 11:00 de la noche.
Prof. Gustavo Adolfo Figueroa Martínez (2008)
En 2011, tras más de medio siglo de total abandono, las ruinas de la antigua casa de fuerza y las estructuras de acero de más de 100 años fueron utilizadas para la construcción del centro comercial El Pinacate, a cargo de Grupo México.
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