Carta de James S. Douglas al gobernador de Sonora el día después de la tragedia del 7 de noviembre

5 de diciembre de 2021

8 de noviembre de 1907

Sr. Gobernador Luis E. Torres
Hermosillo, Sonora

Estimado general:

Esta mañana telegrafié a usted respecto a un terrible accidente que ocurrió aquí ayer y copio de mi telegrama lo siguiente: «Setenta cajas de dinamita se incendiaron por chispa desprendida por la locomotora ayer a las 2:00 PM en el momento en que el tren salía del patio de abajo en Nacozari en el ferrocarril de vía angosta. Todos los empleados brincaron del tren excepto el maquinista quien quedó en la máquina para evitar peligro de que carros descendieran pendiente pesada y estallaran en el patio de abajo. Explosión ocurrió en el momento en que tren entraba al patio de arriba, en frente de la casa de sección; ocho mujeres y niños que vivían en la casa de sección, así como cinco hombres inclusive el maquinista fueron muertos. Todos eran naturales de México excepto un muchacho norteamericano. Maquinista era originario de Hermosillo y había trabajado en la misma máquina siete años, murió heroicamente. Agradézcole infinitamente su contestación a mi solicitud de ayer».

NOTA: En el patio de abajo había almacenadas mil cajas de dinamita y de haber ocurrido la explotada de esas mil cajas todo el lugar se hubiera arrasado y el número de víctimas hubiera sido espantoso. A fin de que ustedes puedan tener detalles más amplios, diré: Estaban cargados vagones en el almacén el día de ayer en la mañana con dinamita para Pilares y junto con otra carga, estaban siendo movidos por la tripulación del ferrocarril de la misma del patio de abajo al patio de arriba, preparándolos para hacer su primer viaje al Porvenir después del mediodía. Ha sido costumbre poner la pólvora al extremo del tren, pero como el conductor estaba en el hospital por encontrarse enfermo, no se tomó esta precaución y los dos carros de dinamita se pusieron cerca de la máquina.

De medio camino arriba hay una pendiente del túnel que empieza cerca del viejo concentrador y se dirige hacia el patio superior; el maquinista Jesús García, que ha sido maquinista en el ferrocarril de vía angosta por los últimos cinco años, y antes de eso era fogonero, se dio cuenta de que salía humo de uno de los carros de pólvora y llamó la atención hacia ellos, de los garroteros y del fogonero. Ellos entraron en el carro e hicieron lo posible para remover la caja de pólvora que parecía estar quemándose, pero tan pronto como la removieron el fuego hizo llamarada, mientras tanto el tren corría a toda velocidad. Jesús gritó entonces a los garroteros y al fogonero, a otros que iban en el tren, que saltaran y el fogonero le gritó que también saltara, pero contestó que si lo hacía el tren se devolvería hacia el concentrador y permaneció en la máquina, evidentemente con la intención de ganar el patio superior y correr hacia la mina, hasta alcanzar alguna distancia de las casas de sección. Su acción fue la más heroica, pues si hubiera regresado hacia abajo y si la explosión hubiera ocurrido al pié de la colina, los daños de la casa de máquinas, depósitos de pólvora y oficinas, así como en el concentrador hubieran sido terribles. El fogonero y los garroteros también demostraron gran valor en esforzarse por extraer la caja de pólvora que humeaba dentro de la carga y contenerse hasta que empezó a llamear. Los nombres de los garroteros son: Francisco Rendón, Agustín Barceló e Hipólito Soto; el del fogonero: José Romero; la explosión ocurrió justamente cuando el tren estaba ganando el patio superior y el resultado fue la demolición de los pequeños almacenes del patio superior, las casetas de las herramientas de los hombres de la sección, en la cual una o dos familias vivían, y la casa de la sección en la cual vivían ocho familias. Seis mujeres, muchachas y niños murieron, la mayoría de ellos a consecuencia de las partes de los carros y de la locomotora que alcanzaron al edificio, consecuentemente lo demolieron completamente y cinco hombres que andaban por el patio superior esperando el tren para ir a Porvenir también fueron muertos. Uno de ellos era hijo de nuestro carpintero en Jefe, William Chishlom, quien estaba en el patio esperando la salida del tren para Porvenir. Todos aquellos muertos eran mexicanos nativos excepto el hijo de Chishlom, un muchacho de 14 años. 

El maquinista fue, por supuesto, muerto instantáneamente siendo encontrado su cuerpo a 20 pies de distancia de la máquina. Con la asistencia del doctor de Pilares y el doctor y la enfermera del Southern Pacific, se les prestó inmediata atención quirúrgica a los heridos y se hizo lo posible por aliviarlos en sus sufrimientos. Hay ahora en el hospital siete heridos tres de ellos muy graves, dos de los que no tenemos esperanza de alivio. 

Estaba en la oficina del Dr. Ricketts en Cananea ayer a las 4:00 P. M. cuando me notificaron, y llegué aquí a las 1 horas y 25 minutos después. Es difícil imaginarse cómo puede haber ocurrido todo esto y es de lamentar esta terrible calamidad, pero la valentía demostrada por toda la tripulación del tren reconcilia a uno, en cierto modo, por este suceso. El joven Jesús García, en particular, puede considerarse como un verdadero héroe pues si hubiera abandonado su máquina conteniendo la dinamita, hubieran descendido la pendiente hacia el patio de abajo y los perjuicios hubieran sido mucho mayores. Inmediatamente después de la explosión el señor Terán, quien estaba en el terreno, entiendo le telegrafió al prefecto y al juez en Moctezuma. 

Usted por supuesto tendrá mayores reportes de todo lo ocurrido y por si yo puedo darle cualquier información posterior, favor de solicitarla.

Con la mayor consideración quedo de usted atento y seguro servidor

James S. Douglas
Superintendente
Moctezuma Copper Company


Contestación del Gral. Luis E. Torres al informe del Sr. Douglas

Correspondencia Particular
del Gobernador del Estado de Sonora

Hermosillo, Nov. 11 de 1907

Sr. James S. Douglas
Nacozari

Muy estimado amigo:

Recibí su amable carta fechada el 8 del mes en curso con todos los pormenores del terrible accidente que ocurrió en ese mineral el día 7 del actual.

Me uno a usted en su pena, que encuentro muy justificada, ya que las víctimas eran todas personas conocidas de usted y leales trabajadores de la empresa.

La acción heroica del maquinista Jesús García es digna de perpetuarse para que otros hombres en lo futuro admiren su valeroso ejemplo. Si usted piensa en algún homenaje adecuado para conmemorar tal acción, con todo gusto contribuiré hacia esa finalidad en mi carácter de gobernador del estado.

Muy agradecido por sus informes, quedo, como siempre, su afectísimo amigo.

Luis E. Torres


James Stuart Douglas (1868-1949) fue gerente general de la empresa minera Moctezuma Copper Company de 1901 a 1909.

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