Pilares de Nacozari fue primero…

4 de agosto de 2023

Por Gustavo Adolfo Figueroa Martínez

Asevera el señor Ambrosio Lazcano que la mina de Pilares estuvo explotada por los hermanos Guggenheim desde 1880 hasta junio de 1897. La mina tenía una profundidad de 400 pies y cuatro niveles con una separación de 100 pies entre ellos. El tiro principal se encuentra a la vista en la esquina este del patio de la mina, pero el tiro que se abrió para bajar a los mineros estaba exactamente donde se encontraba la oficina de telégrafos, también por ese tiro se extraían los metales que eran transportados a lomo de burro de Pilares a la estación (de lo alto a lo plano) y ahí eran cargados los carros con una capacidad de tres toneladas cada uno y jalados por cuatro yuntas de bueyes rumbo a la fundición de Nacozari Viejo. La empresa compraba los burros en el distrito de Altar a 50 centavos cada uno, tal vez por ser de mayor tamaño. Los bueyes los compraban en Óputo a 8 pesos cada animal.

Dice que en el mes de junio de 1897 la empresa vendió la propiedad de la mina a la Phelps Dodge Corporation. John Evans, superintendente entregó al señor Aplenton H. Danforth, que desempeñaba el mismo cargo en la compañía compradora.

En esa época la oficina del superintendente, construida con piedra pegada con lodo, se encontraba donde después estuvo la cooperativa de consumo Jesús García. El jefe de la oficina y de la tienda de raya, que estaban mancomunadas y en el mismo edificio, era el señor Melcher quien vivía en dos cuartitos que estaban en donde hoy se encuentran las cuadras al lado sur del hospital. Esas fincas eran en ese año las únicas de material. Obreros y mayordomos tenían como habitaciones chozas provisionales de las que llamamos jacales, construidas por ellos mismos.

En el mismo año se comenzó a abrir el túnel La Esperanza (1897) quedando terminado un año después y sirvió para conducir por allí los metales hasta el incline. En dicho túnel se tendieron rieles para mover carros cargados de metal que eran jalados por tiros de mulas.

Las habitaciones para los trabajadores fueron construidas en los años de 1902 a 1905, existiendo a la fecha dichas construcciones llamadas cuadras ubicadas en los lados este y oeste de la plaza Hidalgo.

AMBROSIO LAZCANO fue un minero que tuvo el privilegio de ver nacer a Pilares y a Nacozari. Fue regidor y presidente municipal en Nacozari de García y posteriormente regidor, comisario y presidente municipal de Pilares de Nacozari.

Don Ambrosio Lazcano aseguraba que en Pinares se trabajó desde 1880 y tiene razón. Enrique Vega publica en su libro un capítulo acerca de la legislación del porfiriato en materia de minería y comenta: «Así, en el periodo de 1880 a 1890, se invirtieron en México grandes sumas de capital extranjero, principalmente norteamericano en propiedades mineras» (p. 59). También asevera don Ambrosio que en el mismo año en que compró la compañía, llegaron al nivel 7, lo que se corrobora con la publicación en México del libro El minero mexicano: «Para finales de 1897, la Moctezuma poseía plantas de concentración, fundición y conversión, con más de tres millas de trabajos subterráneos, hasta un sexto nivel». Efectivamente, se tenían las instalaciones pero no estaban operando y al finalizar el año ya tenían el nivel 7 (mina original).

La intensidad de los trabajos se debía a la exploración. Guardaban el metal en los patios de la mina y toda lo grueso de las vetas apuntaban hacia el norte. Nada fue improvisado, todo estaba muy bien planeado. El túnel de La Esperanza se terminó a mediados de 1898, en igual fecha llegó desarmada en carretones la primera locomotora. Por esa fecha se construyó el incline, columna vertebral para el inicio de la explotación minera. Es muy probable que en 1899 se iniciaron formalmente los trabajos de explotación. Menciona don Ambrosio: «Se instalaron rieles en el patio de la mina pasando por el túnel La Esperanza hasta el incline. Los carros cargados de metal eran jalados con tiros de mulas hasta el incline». De allí eran bajados por el incline para cargar el tren.

Desde un principio hubo oficina de tiempo y tienda de raya para surtir a los trabajadores. Era muchos carros tirados por mulas que llegaban a Nacozari trayendo toda clase de materiales. Había mucho trabajo y mucha inversión; los gringos tenían la lana, los mexicanos aportaban su trabajo. Las casas de los trabajadores se construyeron de 1902 a 1905. Lo mismo sucedió en Nacozari, a excepción de la calle Sonora, construida en 1907.

Gustavo Adolfo Figueroa Martínez (originario de Nacozari de García, Sonora). Se tituló como profesor de educación primaria en la Escuela Normal del Estado de Sonora y ejerció durante 30 años. Fue socio fundador de la Asociación de Cronistas Sonorenses, A.C., de la cual fue presidente. Fue presidente de la Academia de Historia de la Sociedad Nacional de Geografía y Estadística. Fue cronista municipal de La Colorada y autor del libro Pilares y Nacozari. Reseña histórica (2008). Falleció en abril de 2022.


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