Discurso del vicegobernador Alberto Cubillas en la inauguración del monumento a Jesús García (1909)
18 de noviembre de 2021
Hoy hace dos años que un obrero humilde por su origen, incomparable por sus sentimientos de altruismo, presentó al mundo el ejemplo de uno de los héroes más sublimes que hayan contemplado las pasadas generaciones y que muy difícilmente tendrá imitadores en los tiempos futuros.
El día 7 de noviembre de 1907, un modesto ciudadano, pletórico de juventud, dotado de vigorosas energías y aptitudes excepcionales que le daban derecho a disfrutar de todos los privilegios reservados en la tierra a los grandes luchadores por la vida, se irguió heroicamente antes esta tremenda disyuntiva: o el sacrificio de la vida, o la salvación de un pueblo entero. ¡El héroe no vaciló!
Libró sus órdenes para que sus camaradas pusieras en movimiento un tren de ferrocarril que estaba ardiendo en el camino que conduce a Placeritos a Pilares cargados con siete toneladas de pólvora dinamita, que al hacer explosión en el punto donde se encontraba, habría hecho desaparecer más de tres mil personas: hombres, mujeres y niños, y una vez en su puesto, el expuesto y humanitario maquinista volvió serenamente la mirada hacia sus compañeros pronunciando esta sublime y aterradora frase: «¡Quédense todos, yo voy a correr mi suerte!»
Y remolcó, y remolcó desesperadamente el siniestro convoy guiado por su espíritu sobrehumano para salvar a sus semejantes, entre los que se encontraba una anciana madre y numerosos hermanos, hasta llegar a un lugar despoblado en el que, con la grandiosidad de su alma y con los pedazos de su cuerpo girando en el espacio, salvó de la destrucción y la ruina a los pacíficos moradores de este pueblo.
Este héroe, mártir incomparable, llevó en vida el modesto nombre de Jesús García. Aquel hecho maravilloso tal vez no reconozca precedente en los anales del martirologio humano, porque la sublime y trágica muerte de un héroe, surgió esplendente, y radiante la aurora de millares de vidas que acuden ahora solícitas a consagrar su memoria trayendo consigo las flores regadas con las lágrimas de la gratitud.
Ahora, señores, antes de descubrir este histórico monumento, séame permitido hacer aquí una mención especialísima en honor de todos aquellos que colectiva o individualmente han cooperado de alguna manera a la solemnidad de esta apoteosis consagrada al recuerdo de heroico maquinista Jesús García, honra y orgullo de la abnegada clase obrera.
Cumplido con este deber sagrado, paso a declarar solemnemente, con mi carácter de Vicegobernador Constitucional del Estado, en ejercicio del Poder Ejecutivo, que hoy 7 de noviembre de 1909, a las 10:00 de la mañana ha quedado oficialmente inaugurado en la plaza principal de Nacozari el monumento erigido a la memoria de Jesús García, héroe inmortal y Benemérito de la Humanidad.
¡He dicho!
Alberto Donaciano Cubillas Loustaunau
Vicegobernador del Estado de Sonora
Nacozari, Sonora
7 de noviembre de 1909